Entré en temporada hace unos meses, es tanto que ya he dejado de preocuparme, ya caigo con estilo y me rio de mis embarradas. La mas profundas han sido las que he hecho laboralmente, pero por ahí hasta hay una de carácter pornográfico que ni a bala comentaré…nada q no se pueda solucionar. Pero…. ¡¡osos monumentales!!!
A lo que adjudico mi buen humor y mi simplicidad al tomar los problemas es que he regresado a hacer deporte. Volví al agua, y aunque en materia de organización es muy duro, me esfuerzo en nadar todos los días, cuando no puedo hacerlo subo la montaña o voy a clases de Pilates. Mi cuerpo cambia y mi cabeza con él. Se que tiendo a hacerme musculosa pero el que me quiera así que me quiera fuerte. Veo con alegría que el cuerpo tiene memoria y que en pocos días mis abdominales vuelven a marcarse, que mis brazos recuperan su firmeza y que el espejo me refleja una imagen de amazona descuidada (tampoco voy a decir otra cosa). Pero lo mejor es lo que pasa con mi cara, sonrío mucho, y me vuelve a enamorar el solo hecho de andar viva y sana.
Pase los últimos meses en la recuperación de la energía, probé con cambios alimenticios, deje el café (y lo volví a retomar), medité, practiqué Chi chun, cambié de vida y de cama. La respuesta era evasiva, aun me daba mucho sueño y ya a las ocho de la noche ya no servía para nada.
Después de pocas semanas a ritmo de atleta mediocre puedo decir que me he recuperado, que por fin me reconozco y no puedo de la dicha. Mi humor puede soportar casi todo, hasta un imbécil rayando mi carro en mis narices. Puedo entender el mundo de manera mas organizada, puedo hacer parte y hacerme a parte con una facilidad casi mágica. Abrí la puerta al amor y aunque con prevenciones, he decidido dejarme llevar hasta donde sea que deba ir con él. Y con él la sensualidad exaltada no me asusta, ando con la satisfacción marcada en la frente.
En consecuencia de ese estado de satisfacción conmigo misma es que le adjudico la valentía con la que me he enfrentado a hacer cosas para las cuales parecía casi tímida (no lo soy, pero ya lo parecía). Y con ellos una avalancha de osos olímpicos. Me he metido a hacer cosas osadas y aunque quedo como una pendeja casi siempre, le he ganado la batalla a mis falsas limitaciones, pues aunque no soy una mamerta ya me conocen en el medio, aunque sea por divertida, (¿o loca?).
Así que después de una época de andar taciturna y con y con miedos irracionales y uno que otro racional, puedo decir que encontré en la osadía el camino de mi vida. De mi se podrá decir de TODO, porque básicamente he sido muchas mujeres, algunas de ellas especialmente equivocadas, pero de lo que nunca volveré a ser tildada es de cobarde. De loca, despistada, demente, ridícula, rara, etc.. ¡¡si!! Pero cobarde ¡¡JAMAS!!
3 comentarios:
Nunca te habia leido solo lo hice por conocidas, te agradecemos las mujeres por dañar un par de buenas almas GRACIAS!!!!!
Me preocupa que algunos dementes sean tan loosers y predecibles de verdad, patetico.
A ti mi querida te felicito pq despues de verte tan oscura y tan consumida en una relacion q nada aportaba te veo radiante, llena de vida y alegria. Acuerdate al final del cuento nadie nos quita lo bailado duelale a quien le duela es rollo de ellos no nuestro nosotras a vivir el resto vera que hace. Te adoro!!
AMEN
Publicar un comentario