sábado, 17 de enero de 2009

A VECES…

A veces tengo días en que lo poco, lo es todo. Hay días en que mí corazón se desborda de amor por cosas al parecer insignificantes.



Por ejemplo:

El vuelo de un pájaro a baja altura.
El calor del sol sobre mi piel fría.
Un acto de humanidad en medio de Bogotá.
La mirada de mi perro.
Una luna despejada y limpia.
El olor de los libros nuevos.
Tomar con sed y comer con hambre.
El olor de las almendras.
La sonrisa distraída de un extraño.
Un baño caliente.
La buena música en lugares inesperados.
La llamada de un amigo.
Encontrar cosas que creía perdidas.
Una mariposa en medio de la ciudad.
Los regalos inesperados….un banano, por ejemplo.
Tomar una buena foto.
Alegrarle el día a alguien.
Encontrar dinero en la ropa.
Encontrar su olor en mi ropa.

Y a veces….el sentir que siento otro corazón, sentir que estoy conectada por hilos invisibles a otra alma, a otro cuerpo. Sentir que puedo viajar con otros pies. Saber que a veces puedo dejar de ser yo, y caminar de la mano de mí misma, en el cuerpo de otra persona….y mirarme con otros ojos. Hay días en que las cosas sencillas, llenan mi vida de compleja felicidad.

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