miércoles, 7 de enero de 2009

“CON MUCHO MIEDO”

No hay forma, a veces terminamos convertidos en lo que más odiamos, a veces no hay lugar para la razón, las cosas pasan, y como un tren sin frenos nos arrollan. Nos encontramos frente al espejo preguntándonos que anda mal con nosotros mismos, ¿por que nos seguimos estrellando contra la misma puerta?

Tenemos la culpa de casi todos nuestros dolores, bien lo decía la abuela “nos acostamos en la cama que tendimos”, bien podríamos esquivar casi todos los golpes con un mínimo de precaución, pero muchas veces decidimos dar el paso a pesar de las señales negativas, muchas veces creemos que somos más especiales que otros, y transitamos por la senda oscura de nuestras decisiones con la esperanza de salir victoriosos.

No hay forma, a veces nuestro corazón manda, y la cabeza sabe lo mal guiado que es el amor, hay días en que se despierta brincón y sale a buscarse problemas, y los encuentra, porque bien lo decía la abuela “no hay amor sin dolor y amor que no duele…pues no es amor”.

Y en conclusión, sólo puedo decir que extraño a mi abuela, me ha dado muy buenos consejos, otros de dudosa procedencia, y otros francamente pésimos, pero se entiende pues las mujeres que se criaron a mediados de siglo meditaban con el temor. El temor a quedarse solas, el temor a ser abandonadas, el temor al que dirán, el temor a las “quitamaridos”, el temor a la lluvia, al viento, a la guerra civil, en fin, hasta el miedo al miedo se les metió en los huesos. Ya con el pasar del tiempo y con ayuda de la emancipación femenina hemos venido superado muchos mitos, ya sabemos, que nadie nos quita nada, sólo lo perdemos. Ya sabemos que estar solas a veces es una bendición. Ya sabemos que la gente siempre hablará, lo importante es aprender a que no nos afecte. Ya sabemos que si la naturaleza ataca, pues ni modo. Ya sabemos que la guerra es tan inevitable como el amor, el uno y el otro despiertan los más bajos sentimientos…también los más altos. Ya sabemos que el miedo no siempre es malo, a veces sólo trata de prevenirnos de dolores más profundos.

Lo que hay que tener en cuenta es que ningún repelente sirve para todos los casos, lo que concluye que no hay forma de evitar lo inevitable, no hay lugar seguro, no hay relación 100% amor, no hay dulce sin calorías…….mejor dicho……..Abuela nos vemos pronto…..te amo!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tener esperanza significa ver que el resultado que se quiere es posible, y luego trabajar para lograrlo.
Bernie S. Siegel, M.D.