viernes, 26 de junio de 2009

"COSAS QUE ENCIENDEN MI ALMA"

Hoy fui a un concierto de piano que despertó dragones en mi alma, fue como si de repente el arte de esas notas entrara en mi sangre y comenzara a despertar cosas que tenían siglos dormidas.
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Miré con atención sus manos. Me perdí en la precisión y en la increíble armonía de sus movimientos, parecía que de repente mil luciérnagas se desprendieran con el tocar de cada acorde y acariciaran una herida muy profunda. Me enterneció sobremanera las ganas con que un piano desea ser tocado con amor, pareciendo un fiel amante en la siempre espera de unas manos virtuosas que lo hagan vivir.
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Soñé despierta, soñé una vida con más acordes, más pianos y manos mágicas. La música apaciguó mi rabia, me mostró lo equivocado de algunos caminos en que me encontré estacada, y de repente ahí estaba, una sensación a la cual, al fin, pude ponerle nombre.
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Para cuando el concierto terminó sentí sin dudas que el alma de Antonio le había hablando a la mía, para cuando las luces de la sala se encendieron le agradecí su compañía. Porque no hace falta creer en una vida después de la muerte, hay cosas que perduran y trascienden a las despedidas. La muerte, los adioses, la gente que va y viene, todos aquello que marca un final, necesariamente señala un renacimiento.
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A dos años de tu muerte, no dejas de sorprenderme. Llenaste una sala de conciertos, y cada uno de los invitados te sintió a su lado. Esta noche cada uno se llevó un poco de música en su corazón, le regalaste una pequeña parte de luz, un poco de esclarecimiento, un tris de verdad.

1 comentario:

Dreya eya dijo...

Siempre están ahí, sobre todo cuando más los necesitamos, el problema es que no muchas veces estamos prestando atención, lo importante es que aveces sí.